Los buñuelos de viento con miel son un postre tradicional
frito, hecho con una masa ligera tipo choux que, al cocinarse en aceite
caliente, se infla formando pequeñas bolitas huecas y esponjosas. Se llaman “de
viento” porque son muy ligeros y aireados por dentro. Una vez fritos, se bañan
en un almíbar de miel que les aporta dulzor, brillo y un sabor profundo y
reconfortante.
Este dulce es típico en celebraciones como Semana Santa o festividades
familiares en países como España, México y también en nuestro país Perú , y
suele servirse tibio o a temperatura ambiente. Son sencillos, pero con un sabor
muy casero y especial.
Ingredientes para la masa:
1 taza de agua (240 ml)
80 g de mantequilla
1 pizca de sal
1 cucharada de azúcar
1 taza de harina (120 g)
3 a 4 huevos (según la textura)
Aceite para freír
Ingredientes para el almíbar de miel:
1/2 taza de miel de abeja
1/2 taza de agua
2 cucharadas de azúcar
Unas gotas de jugo de limón (opcional)
Preparación:
Haz la masa: calienta el agua con la mantequilla, la sal y
el azúcar hasta que hierva. Agrega la harina de golpe y revuelve sin parar
hasta que se forme una masa que se despegue de la olla. Cocina 1-2 minutos y
retira del fuego.
Deja entibiar unos minutos, luego añade los huevos de uno en
uno, mezclando bien antes de agregar el siguiente. La masa debe quedar cremosa
y espesa, no líquida.
Fríe en aceite caliente (160–170 °C) echando porciones
pequeñas con dos cucharas. Los buñuelos deben inflarse y dorarse por todos
lados. Sácalos y colócalos sobre papel absorbente.
Mientras se enfrían un poco, prepara el almíbar: en una
olla, mezcla la miel, agua, azúcar y unas gotas de limón. Cocina a fuego medio
hasta que tome una textura ligeramente espesa (5–8 min).
Baña los buñuelos en el almíbar caliente, déjalos reposar un
par de minutos para que se impregnen bien y ¡listo!
¿Qué hace especial a este postre?
Lo que hace especial a la buñuelos de viento con miel es la
combinación de su textura y sabor: por fuera son dorados y crujientes, pero por
dentro son ligeros, casi huecos, como si estuvieran llenos de aire. Esa
ligereza contrasta de forma deliciosa con el baño de miel tibia, que les da un
toque dulce, brillante y aromático. Además, es un postre que suele prepararse
en momentos festivos o familiares, lo que le añade un valor emocional y
tradicional que lo hace aún más especial.
Tips:
Usa huevos a temperatura ambiente y agrégalos uno a uno,
mezclando bien hasta lograr una masa suave pero no líquida. El aceite debe
estar caliente pero no humeante (160–170 °C) para que los buñuelos se inflen
sin quemarse por fuera. Fríelos en pequeñas tandas para que no baje la
temperatura del aceite. Déjalos escurrir bien antes de bañarlos en miel
caliente, no hirviendo, para que absorban el almíbar sin volverse pesados. Y si
quieres que queden más esponjosos, deja reposar la masa 10 minutos antes de freír.
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